Dra. Belén Tobera | Clínica de Ginecología y Obstetricia en Gijón

La menopausia es un proceso biológico natural que supone el cese definitivo de la menstruación en la mujer.

 

Durante este período, la paciente puede presentar diferentes síntomas asociados a los cambios hormonales (por déficit de estrógenos) que suceden en su organismo. Aunque no son graves, sí que pueden limitar notablemente su calidad de vida, por lo que suponen un motivo de consulta muy frecuente al especialista.

Entre los signos físicos más frecuentes, destacan los sofocos. Su intensidad, duración y frecuencia al cabo del día puede alterar enormemente la calidad de vida de la mujer, especialmente aquellos que surgen durante la noche e interrumpen el descanso.

La cefalea o dolor de cabeza, la tensión mamaria o las palpitaciones también son comunes.

Dentro de los síntomas psíquicos y emocionales se encuentran los trastornos del humor, irritabilidad, ansiedad, apatía, sensación de cansancio o pérdida de la líbido.

 

Con el paso del tiempo aparecerán los trastornos derivados de una carencia crónica de hormonas: atrofia vaginal, alteraciones del metabolismo u osteoporosis (descenso de masa ósea y consiguiente fragilidad), aumentando considerablemente las posibilidades de fractura ante mínimos traumatismos.

La gran diversidad individual en la presentación de estos síntomas hace necesario un abordaje personalizado para poder controlarlos. Afortunadamente no todas las mujeres los presentan y además muchos de ellos pueden prevenirse y controlarse con la adopción de una serie de pautas y hábitos saludables.

Es importante, que la mujer controle regularmente su estado cardiovascular realizando revisiones frecuentes y recibiendo el tratamiento adecuado para su caso particular.

“En nuestra clínica ginecológica valoraremos de forma individualizada tus síntomas y te propondremos distintas opciones para controlarlos”

Síndrome genitourinario de la menopausia

Se caracteriza por sequedad vaginal, que se manifiesta en forma de picor, escozor, molestias y dolor con las relaciones sexuales, síntomas urinarios, infecciones de repetición y molestias abdominales.

Suelo pélvico

Las mujeres postmenopáusicas tienen más tendencia a sufrir algún tipo de incontinencia y/o prolapso. La incontinencia hace referencia al escape involuntario de orina, heces o gases.

El prolapso es la “salida” del útero, vejiga o recto a través de la vagina. Esto se debe al propio envejecimiento natural de los tejidos, que se ve acentuado por los cambios hormonales de la menopausia, generándose una menor producción de colágeno y disminuyendo de esta forma la firmeza y elasticidad de los tejidos de sostén de la pelvis.

Debemos tomar conciencia de que cuidando nuestro suelo pélvico mejoraremos nuestra calidad de vida futura.

Menopausia precoz

La menopausia precoz, conocida actualmente como Insuficiencia Ovárica Primaria (IOP) es el cese de la actividad de los ovarios de forma prematura, por lo general antes de los 40 años.

Entre las causas que pueden producirla destacan la radioterapia y/o quimioterapia, la cirugía ovárica, alteraciones genéticas cono Sd. Turner o Sd. X frágil, enfermedades autoinmunes, agentes tóxicos…, si bien, desafortunadamente, en la mayor parte de casos se desconoce la causa que lo origina.

El tratamiento en estos casos ha de ser especialmente individualizado, teniendo en cuenta los posibles deseos de maternidad de la paciente y pautando un régimen terapéutico adecuado para además de tratar la sintomatología climatérica, prevenir problemas futuros como la osteoporosis, infartos, ictus…

“Nos centramos en el cuidado integral de la mujer durante la menopausia, con el fin de prevenir y tratar la sintomatología mejorando tu calidad de vida”